¡Caso de éxito! El «Drac» del Museu Marítm de Barcelona, estrena motor eléctrico

El «Drac» es una embarcación de la Clase Internacional Dragon construida en los astilleros Borensen Boatyard de Dinamarca en 1966.  El diseño original, de Johan Anker, fue el ganador de un concurso promovido por el Royal Yacht Club de Goteborg en el año 1929. Para su epoca el diseño del barco era muy avanzado para su época y rápidamente se extendió su uso al punto tal que, en 1948 se incorporó como Clase Olimipca. 

El Drac tiene 8,90 m de eslora por 1,95 de manga y 1,20m de calado, el aparejo es fraccionado con vela mayor, genova y spinnaker, y es tripulado por tres personas.

Actualmente forma parte de la flota en el agua del Museu Marítim de Barcelona y navega habitualmente tripulado por integrantes del grupo de voluntarios de embarcaciones del propio museo, quienes también se encargan de parte del mantenimiento.

En las pruebas de mar realizadas resutó ser muy práctico

Hasta el momento utilizaba un motor fueraborda de 2 tiempos de la marca Mariner que dejó de funcionar y el propio museo decidió convertir el barco a eléctrico para ser consecuente con la bandera de la sostenibilidad que el propio museo enarbola. Nauta Systems propuso equipar el barco con un motor ePropulsion Spirit 1.0 Plus de eje largo, con una potencia equivalente a 3 CV.  En las pruebas de mar realizadas resutó ser muy práctico, la maniobra de instalación y retirada a la hora de navegar es mucho más sencilla debido a que su peso es muy inferior al del motor de explosión. Por otra parte, los patrones que utilizan el barco habitualmente, destacaron que el tener la batería integrada facilita la maniobra y por supuesto el no tener que acarrear gasolina, rellenar el depósito en el mar o inclusive que se vuelque gasolina en el interior, son ventajas incomparables. A la hora de salir a navegar, la primera sensación muy agradable fue la del silencio.

Respecto a la autonomía, la carga de la batería aún no se había realizado por completo y apenas llegaba al 45%, pero fue más que suficiente para soltar amarras, navegar hasta la bocana y volver a la amarra, realizando diferentes pruebas de velocidad y maniobra. La velocidad máxima fue de 4.3 nudos con el 100% de la potencia a 1.000 rpm, pero para la velocidad máxima permitida en puerto, que es de 3 nudos, fue necesario emplear un 40% de la portencia total, con una considerable reducción del consumo.