La principal ventaja es el ahorro de peso pues el conjunto de baterías y motor es mucho más ligero que el depósito de combustible y motor térmico. Y cada vez más este tipo de regatas dan más importancia a la sostenibilidad.
La estiba de las baterías puede mejorar la estabilidad del velero según la disposición en que se instalen.
La autonomía, determinada por la cantidad de baterías, depende de la distancia al campo de regatas habitual. Si fuera necesario hacer un traslado a motor se puede instalar temporalmente un pequeño generador para ampliar la autonomía el tiempo necesario.
Otros dos puntos a destacar son: la dimensión del motor eléctrico que es mucho menor a las dimensiones de los motores de combustión y la otra es la simplicidad y fiabilidad de los sistemas de propulsión eléctrica frente a los sistemas de combustión.
Para realizar un presupuesto es suficiente con los datos básicos del barco: eslora, manga y desplazamiento de la embarcación y una estimación de la autonomía necesaria para el plan habitual de navegación.
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