Parece mentira que algo tan fácil como electrificar un barco pueda traer tantas ventajas.
Si eres propietario de un barco no hace falta que te compres uno nuevo pero eléctrico. ¡Transfórmalo! Da igual si tienes un barco a motor, un velero monocasco, una embarcación auxiliar, un velero de regata o un catamarán, cualquiera de las opciones se puede convertir a la propulsión eléctrica.
Te explicamos el método para realizar esta transición
Primero de todo necesitamos saber que barco tenemos y que necesidades tiene. Quanta fuerza necesita? Quanta autonomía? Tipo de propulsión externa o interna?
Esta es la parte más importante ya que va a determinar la potencia del barco y su velocidad. Tendremos que tener en cuenta el peso del barco, la carga y otros factores.
Las baterías son el corazón de la propulsión eléctrica. Son las que te aportarán toda la autonomía de tu viaje. Dependiendo del motor que tengas y del uso del barco te asesoraremos a escoger la que mejor se adapte a ti.
Dependiendo del tipo de barco que hayas decidido electrificar. Necesitarás distribuir la instalación de una manera u otra.
Aunque la carga de las baterías de un barco eléctrico son muy fáciles hacer, ya que se pueden enchufar en el amarre para cargarse, es interesante considerar la posibilidad de instalar placas solares. Esto te ayudará a aumentar la autonomía gracias a la recarga durante la navegación.
Obviamente al ser un sistema de propulsión eléctrica, tiene otras necesidades de mantenimiento que tendrás que tener en cuenta. ¡Pero no te preocupes! El coste de mantenimiento de un barco eléctrico es menor que el de un gasolina o diésel.
Tipo de barcos para electrificar
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